La Iglesia no era, solamente, el edificio más importante de cualquier aldea o villa, sino que era la encargada de regular y dirigir la vida de las personas desde que nacían hasta su muerte. Regulaba el tiempo (inicio y duración del trabajo, los descansos), las ceremonias y grandes acontecimientos, las festividades...
La Iglesia también realizó una importante labor social, creando hospicios y albergues para los pobres y necesitados, hospitales para los enfermos y escuelas para la enseñanza.
Además, era la encargada de atesorar la cultura y el conocimiento, sobre todo, en los monasterios. Los monasterios, poseyeron el saber y el conocimiento durante los siglos medievales, en concreto, en su numerosas bibliotecas.
En el siguiente vídeo podrás ver la importante labor cultural que tenía una biblioteca en un monasterio medieval:
El clero, además, de estar formado por todas las personas que dedicaban su vida a la Iglesia, estaba jerarquizado. En la cúspide se encontraba el Papa, cabeza de la Iglesia; después los cardenales, obispos y abades que formaban el Alto clero ; y por último, los sacerdotes, monjes y frailes que formaban el Bajo Clero.
Según su dedicación, el Clero también se podía dividir en Clero Secular (compuesto por los sacerdotes y obispos dedicados a la atención de los fieles) y en Clero Regular (compuesto por los abades, monjes y frailes, dedicados a la oración).
Escucha el siguiente vídeo interesante sobre el clero, su jerarquización y su composición:
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