La helenización del imperio bizantino

Tras la muerte de Justiniano, el imperio comenzó a perder gran parte del territorio conquistado y se replegó sobre su zona oriental. Se abandonó la cultura y la lengua romana y el imperio se helenizó. El griego se convirtió en la lengua oficial y el emperador comenzó a denominarse basileus.

Con el paso de los siglos, las diferencias religiosas aumentaron entre Oriente y Occidente. La iglesia de Roma, pretendía ejercer la soberanía sobre la iglesia de Oriente, pero apenas tenía influencia sobre ella. Además, las ceremonias eran distintas. Las diferencias fueron aumentando hasta el año 1054, en el que se produjo el Cisma de Oriente, que separó, definitivamente, la iglesia católica de Roma y la iglesia ortodoxa de Constantinopla.

A partir del S. XI, la prosperidad del imperio bizantino comenzó a decaer y la proximidad y ataques del naciente imperio  turco a sus fronteras, favoreció su progresiva descomposición. En el año 1453, los turcos tomaban la ciudad de Constantinopla y ponían fin al imperio bizantino.