Los visigodos, aunque eran una minoría frente a los hispanorromanos, se hicieron con el poder y constituyeron el grupo social privilegiado. La forma de gobierno fue la monarquía electiva.
Con el paso del tiempo, y para fortalecer el poder del rey, se hizo hereditaria. Además, los monarcas se apoyaron en instituciones para gobernar como el Aula Regia (institución para aconsejar al rey) y los Concilios (asambleas de carácter religioso y civil).
Por otro lado, llevaron a cabo una unificación territorial del reino. El rey Leovigildo, expulsó a los suevos en el año 585 y Suintila, hizo lo mismo con los bizantinos en el año 624.
Por otro lado, llevaron a cabo una unificación jurídica del reino. El rey Leovigildo, derogó la ley que prohibía los matrimonios mixtos y el rey Recesvinto, estableció una legislación común ara todo el reino con el Liber Iudiciorum (654).
Por otro lado, llevaron a cabo una unificación religiosa del reino. El rey Recaredo consiguió la unidad religiosa al convertirse, junto con otros nobles visigodos, al cristianismo (587).
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