Carlomagno dividió el territorio del imperio en 250 condados. Al frente de cada uno, nombró a un conde. Para defender las zonas de frontera, creó las marcas, y al frente de cada una puso a un marqués. Para controlar a los condes y marqueses, creó a los missi dominici, comisarios reales que velaban por el cumplimiento de las normas y leyes imperiales.
A la muerte de Carlomagno, le sucedió su hijo Luis el Piadoso, que al morir, dividió el imperio entre sus tres hijos. Lotario, el primogénito, recibió el título de emperador e intentó imponer su autoridad frente a sus hermanos. Carlos el Calvo y Luis el Germánico, se rebelaron, le vencieron y lo obligaron a mantener la decisión de su padre. De este modo, el territorio conquistado y unido por Carlomagno, se separó para siempre dando lugar al Sacro imperio alemán y el reino de Francia.
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