Con el inicio de la República, Roma comenzó su expansión a lo largo de la península italiana, enfrentándose y venciendo al resto de pueblos asentados en ella. De este modo, en el 250 a. C, toda la península estaba bajo dominio romano.
Desde el año 264 hasta el 146 a.C., Roma se hizo con el control del Mediterráneo occidental, gracias a sus victorias sobre Cartago en las llamadas GUERRAS PÚNICAS, el mayor enfrentamiento bélico que había tenido lugar hasta la fecha.
El término púnico deriva del latín punicus o poenicus e identifica a los cartaginenses, en referencia a los ancestros fenicios de estos. Por su parte, los cartagineses denominaron los conflictos como guerras romanas.
En la 1ª GUERRA PÚNICA, Roma se enfrentó y venció al cartaginés Amílcar Barca, que supuso la conquista de territorios fuera de la península italiana, comenzando así su expansión por el Mediterráneo.
En la 2ª GUERRA PÚNICA, Roma se enfrentó y venció al cartaginés Anibal, que aunque venció, en varias ocasiones a Roma y la pudo destruir, no lo hizo. Roma consiguió reponerse y terminó venciendo a los cartagineses, convirtiéndose, de ese modo, en la dueña de todo el Mediterráneo occidental.
En el siguiente vídeo encontrarás una breve explicación de las guerras libradas entre Roma y Cartago:
Una vez asegurado el control de occidente, Roma se lanzó, durante el S. II y I a. C, a la conquista del Mediterráneo oriental. Roma conquistó Grecia, Asia Menor, Siria, Egipto, además de amplias zonas del norte de África. En Europa, conquistó la Galia y parte de Europa central.
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