La actividad económica básica en Roma era la agricultura, destinada a producir, sobre todo, cereales , vid y olivo, aunque también se cultivaban verduras y frutas. Se desarrollaba en grandes latifundios que eran propiedad de ricas familias terratenientes, y eran explotadas por esclavos o campesinos que arrendaban las tierras.
La artesanía era una actividad económica que se desarrollaba en pequeños talleres urbanos, aunque existían, también, grandes industrias trabajadas por esclavos, destinadas a la producción de salazón o la construcción de barcos.
La actividad comercial era intensa tanto dentro (mercados, numerosos tiendas) como fuera de las fronteras del Imperio. De la Península Ibérica se traían cereales y aceite; ámbar y pieles eran importados del Báltico; especias, seda y algodón de Oriente y esclavos de África.
El comercio tuvo un gran desarrollo gracias al uso de una misma moneda en todo el Imperio y a la creación de una extensa red de calzadas y de puertos que facilitaban la comunicación entre las diferentes zonas del Imperio.
- Los CIUDADANOS. Este grupo lo componían todos los hombres libres de Roma (desde el año 313 d.C., todos los hombres libres del Imperio), y tenían derechos. Además, entre ellos, existían grandes diferencias debido al poder adquisitivo. Por un lado, estaban los Patricios (senadores, altos cargos del Imperio), Caballeros y ricos comerciantes plebeyos, que formaban el grupo privilegiado. Por otro, el resto de los Plebeyos, campesinos y trabajadores de las ciudades.
- Los NO CIUDADANOS. Este grupo lo componían la mayoría de la población del Imperio: los esclavos, los libertos y las mujeres. Éstas últimas, vivían sometidas a la potestad, primero del padre, y después del marido. Se encargaban de las labores de la casa y del cuidado de los hijos. No tenían derechos ni podían participar en política aunque existían diferencias entre las mujeres más ricas y las de clase más pobre.
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